Salvo Morancas, cada pueblo posee su iglesia parroquial, un edificio que forma parte del pueblo y, con independencia de la religiosidad de los habitantes, es considerado como algo propio y representativo del pueblo, que hay que cuidar y preservar.
Todas tienen un gran valor artístico, siendo de época románica y barroca en su mayoría, poseyendo igualmente una imaginaria de gran valor artístico y pilas bautismales.