En el pueblo de Requejo, y a las puertas del Embalse del Ebro, se encuentra este romántico molino, inspiración de muchos pintores y fotógrafos campurrianos. El edificio está escondido entre frondosos árboles y los altos pilares de la carretera nacional de circunvalación N-611.
El edificio es grande, de planta baja y dos alturas, rematado en sus esquinas con grandes piedras de sillería; actualmente se encuentra rehabilitado y en buen estado de conservación. Como todos los molinos de la zona, tuvo su esplendor en los siglos XVIII y XIX, aunque siguió moliendo hasta los primeros años de la década de los cuarenta del siglo XX.
Estuvo una temporada abandonado, por lo que sufrió un incendio, permaneciendo así hasta que, hacia 1950, fue reconstruido. Cuando se hizo la restauración, fueron tapados los canales de entrada y salida del agua.