Llegando casi a Reinosa, pero aún en territorio de Nestares, nos encontramos con un soberbio edificio de planta baja y tres alturas convertido en un hostal, pero que en los siglos XVIII y XIX fue un buen molino y que, debido a sus grandes dimensiones, es posible que también hubiese una fábrica de harinas. En este edificio siguen funcionando sus compuertas y aún se conservan los rodetes y parte de la estructura hidráulica que en otros tiempos moviera el antiguo molino.
Se sabe que, en 1752, el molino, que tenía cuatro muelas, era propiedad de Pedro de Barreda, vecino de Carranceja, y que le tenía arrendado a Francisco de Salces, vecino del lugar, en veinticuatro fanegas de pan, trigo y centeno, por media anualidad.